viernes, 24 de mayo de 2013

Canciones, ay amor.

En fin la mentira nos salvo de nuevo, diciendo cosas que no eran rescatamos las que pueden ser, no se justifican las lagrimas… pero nadie dirá que no valieron la pena.

Enlistaría a continuación todas as razones por las cuales no es apropiado andar con música a todo volumen cantando y bailando por una ciudad que habla otro idioma y que la mayoría de su población sobrepasa los 60 años, o hay niños en la escuela y hombres trabajando que se podrían molestar, dejando a un lado el cliché de latina cantora loca, ayer fue mas que una experiencia, el disfrutar la música de esa manera, inesperada, espontánea, penetrante, cruzar calles con los ojos cerrados cantando la versión de Penélope de mis tiempos de niñez, gritándole a alguien que no me pida mas de lo que puedo dar, o diciéndome a mi misma aventurera ya se acaba el tiempo para aventurar, haciendo una parada infaltable en Serrat, terminando con el bajo la lluvia, una selección que no elegí, pero que fue perfecta para mi en ese momento en particular, me despertó, me hizo sollozar´, al amor, y me llevó de vuelta, jugo conmigo todo lo que quiso, y después me dejó en casa sana y salva con ganas de que se repita todos los días.